En estos últimos meses, los/as técnicos del Proyecto Puçol hemos estando buceando entre los tebeos que forman parte del Fondo Documental del museo, entre otras tareas y proyectos que traemos entre manos. Esto se debe a que la Diputación Provincial de Alicante, una vez más, ha apoyado nuestras iniciativas de investigación e inventariado de colecciones, en este caso, de los tebeos.

Así pues, desde Puçol hemos llevado a cabo un inventario completo de parte de estas colecciones: 15 archivadores (de un total de 38) o 958 revistas de humor, de aventuras, de carácter femenino (aquellas viñetas enfocadas al público de niñas y jovencitas) para adultos/as e infantiles.

En este breve artículo queremos hacer hincapié en una de estas colecciones de tebeos, dada su antigüedad e interés histórico: Flechas y Pelayos. Esta cabecera de carácter infantil-juvenil, nacida en San Sebastián y de periodicidad semanal, se publicó desde 1938 hasta 1949 y sumó más de 530 números (ordinarios y almanaques), a los que hay que añadir su suplemento, llamado Maravillas.

Vinculada a la Falange Española Tradicionalista y de las JONS, Flechas y Pelayos resultó de la unión acaecida en 1937 de la revista de la Falange Española (Flecha) y de la de la Comunión Tradicionalista Carlista (Pelayos). Fue de las más características del primer Franquismo, que la utilizó como vehículo de comunicación y propaganda entre los/as jóvenes, sobre todo entre los niños. Los subtítulos que acompañaron esta revista fueron “Por el imperio hacia Dios” (hasta el número 183) y “Año de la victoria”, en aquellos números editados en 1939.

Avelino de Aróztegui y Bastoure, su creador, fue subdirector y principal portadista; fray Justo Pérez de Urbel fue su director y su intención, según hemos podido leer, era dar a los niños “la formación humana, religiosa y patriótica que haría de ellos buenos cristianos y excelentes españoles”. Mitad monjes y mitad soldados.

En el museo contamos con 135 números de esta publicación (sumando almanaques, números ordinarios y suplementos), entre ellos el tercero, publicado el 25 de diciembre de 1938. De forma general, en las portadas aparecían viñetas o imágenes, muchas veces tematizadas con el día o la época del año (imágenes religiosas por la Semana Santa o Navidad, por ejemplo), pero también podían aparecer fotografías y algún que otro dibujo centrado en el momento político: soldados saludando a Franco o portando banderas, niños con boinas rojas de los carlistas, la División Azul… Un claro ejemplo del momento político y de cómo, a través de la lectura distendida, se pueden “reconducir” las mentes más jóvenes.

Autora: Marian Tristán, coordinadora del Museo Escolar.